En julio de 2004, PEP concursó la licitación
18575108-030-04, donde participó Oceanografía junto
con otras empresas. Una vez
más, la licitación se declaró desierta y
cuando el concurso aún estaba bajo investigación, en octubre de ese año
funcionarios de la paraestatal iniciaron el proceso de
adjudicación directa DOCSM-095-04 a Oceanografía.
En mayo de 2005, los funcionarios de PEP Héctor Leyva
Torres, José Guadalupe de la Garza Saldívar y
Flaviano Rodríguez Marcial, acordaron el contrato con
Oceanografía por 676 millones de pesos más 27
millones de dólares por el arrendamiento
del barco Caballo de Trabajo (para
rehabilitación de plataformas marinas), mismo que
resultó un fiasco: se le detectaron fallas en la
grúa del barco, hubo incumplimiento en los servicios y
deficiencia de obra, por lo que el buque fue sacado de la Sonda
de Campeche para su reparación.
En 2004, los reporteros Miguel Badillo y Ana Lilia
Pérez revelaron en un artículo publicado el 24
de octubre de 2004, en el periódico Excélsior,
el supuesto tráfico de influencias que hacían
en la paraestatal los familiares del entonces presidente
Vicente Fox. Se documentó que Raúl Muñoz
Leos presionó al director de PEP Luis Ramírez
Corzo y al Organo Interno de Control para que otorgara a
Oceanografía el contrato 18575108/068/04, por
más de 150 millones de dólares, para el
alquiler de un barco grúa para las plataformas de la
Sonda de Campeche.
El tráfico de influencias de familiares de Vicente
Fox en Pemex –incluida su esposa Marta Sahagún-,
fue notorio. Exigían con gran descaro que Pemex,
Exploración y Producción asignara contratos
millonarios a Oceanografía. Manuel, Jorge Bribiesca y
Guillermo Sahagún, obtenían jugosas comisiones
de esos contratos. En el sexenio foxista, la naviera
recibió más de 9 mil millones de pesos en
contratos de obras y servicios. Estas irregularidades fueron
avaladas por funcionarios de Pemex, entre ellos Raúl
Muños Leos, Luis Ramírez Corzo, el ex abogado
de Pemex César Nava Vásquez y actual secretario
particular de Felipe Calderón y el director de PEP,
Carlos Morales Gil, quienes violaron la Ley Federal de
Responsabilidades de los Servidores Públicos al
proteger a la naviera -la cual no era competente ni en
calidad ni en precios-, para favorecer a la familia
presidencial.
Pemex modificó las bases de licitación a
petición de la empresa Oceanografía, antes de
concederle un contrato de mantenimiento y protección
de las terminales marítimas en el Golfo de
México, por 198.6 millones de pesos. Además, la
paraestatal pagó casi 50 millones de pesos a dicha
empresa sin que ésta cumpliera con los reportes
finales de la conclusión de obras. Manuel Bribiesca
reconoció que junto con su hermano Jorge y su
tío Guillermo Sahagún gestionaban contratos
para dicha empresa. Tan solo por un contrato
obtendrían cien millones de dólares.
Aunque los representantes de Oceanografía, la
empresa recomendada por la familia del presidente, se
declararon en insolvencia económica, en el mismo
periodo que actuaron como gestores Manuel y Jorge Bribiesca y
Guillermo Sahagún, el entonces director de PEP, Luis
Ramírez Corzo, adjudicó de manera directa
contratos por más de mil millones de pesos, violando
las leyes de Obra Pública y de Responsabilidades.
Antes del sexenio de Fox, Oceanografía estaba vetada
prácticamente, pero en los primeros cinco años
de gobierno de Fox obtuvo más de cien contratos de
obras y servicios que representaron 6,500 millones de pesos;
muchos de ellos entregados de manera directa por altos
funcionarios de Pemex.
Durante el sexenio de Fox, entre 2001 y 2006,
Oceanografía obtuvo más de 9 mil millones de
pesos de Pemex mediante licitaciones públicas y
adjudicaciones directas, cantidad suficiente para que sus
propietarios Amado Yáñez Osuna y Amado
Yáñez Correa capitalizaran a la naviera hasta
convertirla en una de las compañías
contratistas más poderosas e influyentes en la
paraestatal.
Juan Bueno Torio, senador del PAN y ex director de Pemex
Refinación fue acusado de establecer una extensa red
de corrupción en Petróleos Mexicanos. Durante
su gestión en Pemex Refinación (2003-2006),
Juan Bueno Torio diseñó un equipo de
funcionarios, con más de 200 plazas creadas, para
operar la asignación de contratos multimillonarios a
modo en favor de empresas petroleras, algunas de las cuales
eran propiedad de familiares del propio senador panista. Se
le acusó, entre otras cosas, de un fraude de buques
petroleros rentados a Pemex por una cifra inflada de 66
millones de pesos. Al ex funcionario petrolero y actual
senador panista, también se le ordenó
investigación por la Cámara de Diputados por
favorecer con contratos de transporte a parientes, durante su
gestión como director de Pemex Refinación. La
investigación quedó a cargo de la misma
comisión que averigua los negocios de los Bribiesca
Sahagún, los hijos políticos de Vicente Fox. La
demanda contra él por el sobreprecio en la venta de
buques petroleros involucró a la empresa Arrendadora
Ocean Mexicana, en la que actuó un presunto
prestanombres de Bueno Torio.
En 2005 la subsidiaria de Pemex rentó un buque con
un sobreprecio de 66 millones de pesos a Ocean Mexicana,
quien después trasfirió el barco a la empresa
Akro Shipping, quien para obtener el contrato de
adjudicación directa sólo le cambió el
nombre y la bandera a la nave.
En 2006, a Federico Domínguez Zuloaga se le
atribuyó otro hecho similar al de Muñoz Leos
pero con un costo económico mayor: un tratamiento
dental privado de su esposa por la cantidad de 212 mil pesos
con cargo a Pemex.
La concesión de una beca de Pemex por 257 mil pesos
a Alfredo del Mazo, hijo del acaudalado ex gobernador y ex
secretario de Energía Alfredo del Mazo, para hacer un
postgrado en la Universidad de Harvard, al margen del
reglamento vigente en la paraestatal, ya que Alfredo del Mazo
no era empleado de planta y llevaba sólo tres meses
trabajando, cuando la antigüedad mínima para ser
becario es de tres años.
Otra nota sobre corrupción la dio Pemex
Exploración y Producción cuando contrataron un
barco en 1,200 millones de dólares. Se trató de
la contratación de un buque petrolero por Pemex a
través de su filial Pemex Exploración y
Producción (PEP), en un concurso internacional donde
se cree que hubo tráfico de influencias, fraude,
soborno y un cuantioso daño patrimonial a Pemex. Lo
insólito de esta licitación es que de los 300
millones de dólares que había presupuestado
inicialmente Pemex para dicho contrato de arrendamiento, la
paraestatal elevó el costo hasta 1,200 millones de
dólares, es decir 300% más. Otro hecho
extraño fue que la ganadora fue la empresa noruega
Berensen, la de menos experiencia pero con relaciones muy
cercanas con algunos funcionarios de Pemex, como Luis Juan
Reinoso Flores y Juan Antonio Marcos.
En el último año de gobierno de Vicente Fox,
Luis Ramírez Corzo, director de Pemex, otorgó
una docena de contratos transexenales a Oceanografía
por más de 3 mil 600 millones de pesos, entregados
vía PEP y avalados por su director, Carlos Morales
Gil, ratificado en el puesto por Jesús Reyes Heroles.
Esto incluyó millonarias adjudicaciones directas, en
un periodo en el que la compañía debía
estar inhabilitada por fraude e incumplimientos. A unos meses
de terminar su gestión, Ramírez Corzo
ordenó clasificar como confidenciales todos los
documentos relacionados con la naviera y reservarlos por un
periodo de diez años.
A principios de 2008, Andrés Manuel López
Obrador presentó pruebas que señalaban al hoy
extinto secretario de Gobernación, Juan Camilo
Mouriño, de obtener de Pemex contratos millonarios
mediante los procesos de adjudicación directa para
beneficio de su empresa familiar. Mouriño
admitió que firmó contratos como apoderado
legal de la empresa Transportes Especializados Ivancar, con
los que la compañía acordó convenios de
prestación de servicios con Pemex. Los contratos
fueron firmados por Mouriño, como apoderado legal de
la empresa, el 20 de diciembre de 2002, el 1 de septiembre de
2003 y el 29 de diciembre de 2003. En esas fechas
Mouriño era asesor del entonces secretario de
Energía, Felipe Calderón. Antes, en la
Legislatura 57, fue presidente de la Comisión de
Energía en la Cámara de Diputados.
También se publicó en Internet, que Camilo
Mouriño habría colocado a sus amigos cercanos
en áreas claves de Pemex.
En los Servicios Médicos de Pemex (Subdirección
de Servicios de Salud), también
existe una red de
corrupción descomunal que involucra a la
mayoría de la
administración. Los directivos obtienen grandes
beneficios en el otorgamiento de contratos a
servicios subrogados, en dinero en
efectivo, propiedades o incluso viajes pagados
a Las Vegas. Directivos como el Dr. Sergio Madrigal Arana
(actualmente en Veracruz) o el Ing. Alejandro Razcón (en
Guadalajara), por citar sólo dos ejemplos, se han
beneficiado hasta la saciedad de la falta de mecanismos de
supervisión y control para
combatir la corrupción
en los Servicios Médicos de Pemex por parte de sus mandos
superiores.
Y así como estos casos habrá muchos más
que no se ventilan. Como sucede en los negocios, que
por cada inconformidad de un cliente existen
500 que no se manifiestan, igualmente sucede en materia de
corrupción. Por cada caso ventilado públicamente,
hay cientos de casos de corrupción que por desgracia no
salen a la luz
pública. La corrupción es para muchos el problema
más grande de Pemex y quizá el más
complicado. Sin extirpar ese cáncer no se podría
avanzar con éxito
en otros proyectos.
Desafortunadamente, el tema de la corrupción no parece ser
prioritario en la agenda de Felipe Calderón, las
iniciativas del jefe del ejecutivo van encaminadas hacia otros
objetivos como
la reforma energética, matizada por el fantasma de la
privatización. Tanto Felipe Calderón
como Camilo Mouriño, desde antes de que fueran presidente
y secretario de Gobernación respectivamente, sabían
de la corrupción en Pemex y la conocieron ampliamente en
el sexenio foxista.
La realidad es que no se ha querido combatir y exterminar ese
cáncer que tanto daño ha
causado a Pemex y al país entero. La corrupción
esta anidada en todos los niveles, departamentos y sectores de
Pemex. Es una práctica cotidiana y bien arraigada, que
abarca desde los distintos niveles de la alta dirección hasta los empleados de niveles
inferiores. La corrupción está presente en todos
los sectores, en todas las subsidiarias, en los Servicios
Médicos, en los contratos subrogados, en los proveedores de
obras y servicios. Está presente desde los concursos,
licitaciones y otorgamiento de contratos hasta en el saqueo de
productos y
recursos de la
paraestatal.
Autor:
Ing. Federico Plancarte Sánchez
Ingeniero en Comunicaciones
y Electrónica (Universidad de
Guadalajara). Postgrado en Sistemas
Computacionales (Instituto Tecnológico de León),
Master en Administración de Tecnologías de
Información (Instituto Tecnológico
de Monterrey).
Consultor de tecnología y
negocios, escritor, investigador, conferencista. Pemex (Petroquímica y Refinación), Siglo
XXI Coms. Autor de cinco libros y
diversos artículos sobre tecnología y negocios.
Profesor a
nivel licenciatura y maestría en varias universidades
privadas del país y conferencias en diversos foros
culturales y universitarios.
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